Astigmatismo

Yazco aquí en el pavimento con mi cuerpo desmembrado, pensando en normalidades normales normales normales normales para despejar las dudas. Habré comprado leche?

Qué? Aún más leche?

Habré cerrado el gas?

Ya has estallado lo suficiente, no te preocupes.

Tal vez no debí perder la virtud miope, tal vez no era lo correcto entregarme al último acto de ejecución física. Tal vez no con tantas personas.

Mi padre siempre me lo dijo: “Ballena, cuándo darás ese salto de cualidad?”. Ya no más, papá. Estos puentes los destruyo cuando quiera. Aunque quizás debí reducir el ganado; no morir delante de la multitud, tal vez no con tantas personas.

No estoy lista para procrear. Sálvame buen Dios.

Nisesao

Estas vació, viejo. No tienes mas ambiciones que las que escribes detrás de las paginas de algún otro.

Eres insignificante, lo se. Lo sabes, por eso te rechaza. Quisiste ser gaviota, y presa de los cabellos que depositaste en su tumba como tributo a lo inane, te desplumó en nombre de la poesía. No eres digno de pertenecer al sagrado circulo de los dementes, no puedes vivir en los arboles, jamas lamerás la sal de tus heridas. La lengua que hablas esta olvidada, las hojas y serpientes que arrojaste al océano vuelven a ti como migajas, insuficientes para tu deseo de revivir los cumpleaños pasados. Anhelas la locura de la vida normal, el ultimo recurso de la violencia religiosa.

Tienes la suerte de recordar tu infancia, y aun así evades las responsabilidades, las teteras y los peces, como si tus tobillos no clamaran una ultima reunion con ellos. De esto depende tu vida, del color podrido de tu frente.

Estas vacío, viejo infame. Seras recordado como un limosnero, la ultima instancia de una frase ocurrente: el patético anagrama de un asesino.

Sexo anal

“Mi errar es el drama de la plebe.”
Charles Markansvansky

Y echo a andar por las escaleras marrones con un caminar horrible, de monja en celo. Recuerdo los momentos de la noche, las fotografías que deje atrás: el sexo, las tribulaciones, los reality shows y algún que otro alfiler, que como la espalda de un erizo, descansa en el fondo del mar debajo de precisas sabanas de arena. De pronto decido que no todo esta tan mal, y que mi violento pesimismo me ha convertido en un optimista sin remedio.

Las palpitaciones irregulares de mi cabeza me nublan la vista, y allí, detrás de una alegría fantasma difícil de olvidar, me he vuelto a equivocar.

Serpentario

Con su lengua de treinta días se come las hojas de las decepciones pasadas, para nunca olvidar que aunque estemos todos, no somos nadie. Déjanos existir un rato más, Octubre.