Saturday, February 20, 2010

Mediocre

Al aceptar que estar ebrio, escupir en mi propio shirt y adorar a Satanás es lo único que me mantiene cuerdo, el sonido y las puertas abiertas me reconocerán por las mañanas: las despedidas no serán más que recuerdos discernidos por las distancias, y la oscuridad se perderá con todo ese amor inútil entre la orina de la mañana.

Wednesday, February 3, 2010

El adulterio de las flores


El mar no es un obstáculo para la voz. Numerosas cajas de concreto ofrecen un hilo por el cual susurrar nudos de estática, que se hunden avergonzados al estallar una carcajada. Hay blocks, maestros constructores y también un servidor perdido en la aldea, que asiste culpable a la adulación del papel y al mito de la palabra. Más que un cuento, es la biopsia de un concepto muy banal.

Hay un dicho popular sobre el meollo del asunto: algo relacionado con el nacimiento de una cabra y protuberancias que se asoman sonrientes en las cabezas de algunos desdichados. Considero una falta de respeto estas relaciones consensuales atípicas, y ya podrán lógicamente imaginar que asco tan palpable llego a sentir cuando camino entre el polvo y los polvos, observando ese circo de perros que consideran normal olerse frenéticamente las espaldas, sudando sus bocas sobre los hombros de sus hermanos, dándole un aspecto sombrío al caos de sus rostros contritos.

En la mansión el daltonismo hace lo que quiere y encima de ello pide una remuneración económica por sus fechorías; arrastra callado los alambres, los lleva a las habitaciones y habla casi en soplidos para ocultar sus actos deshonrosos. Querer para no dar e invocar riachuelos para despistar a su propia prole: ese es el adulterio de las flores. Mientras tanto los jodíos lloran desconsolados los dolores de una moral que para las rosas no existe y que los italianos desconocen no gracias a la inocencia.

Llegará más lejos todo el teatro, hasta eventualmente descubrir que el hombre que sobra también toca merengue en una orquesta típica, y que cuando el lado derecho de la cama guinde los tenis también arrojará su música por toda la casa y en cada rincón de su cuerpo sin vida.