Monday, April 19, 2010

Un hisopo, una prostituta y Mr. Magoo



Imagínense un árbol. Esta planta no puede dar frutos, y con su verdisimo color hace alusión a la vida. Pero esas apariencias son oscilantes y engañosas. El árbol sufre callado una insana obsesión vegetal: la esterilidad ha acabado con el propósito de su existencia, y ahora ondea sus ramas amenazante hacia los hombres y los hijos que nunca callan. Nos adentramos en un viaje dentro de su mente, donde desea ser algo más; quizás un pulpo, o el esposo de una mantis no tan religiosa.

Observen como nace otro asunto. Un insecto auspiciado por un sistema dogmático, un animal el cual usa su esqueleto como traje. Que sería de este diminuto insecto sin la fe de los hombres y su patrocinio, es un misterio. Claro, ni hablemos de que se comen a sus parejas, y aunque ese en verdad no es el asunto, para animar una buena historia - decía un bonsai muy famoso - no hace falta más que un matricidio, una critica a la sociedad contemporánea, o una esposa furiosa.

Imagínense ahora una fábula: pulpos, navíos y vegetales dementes que asesinan a sus madres. Antes del final, si agregan cierto ingenio y tienen algo de suerte, sabrán que personas como yo no son del todo necesarias.

2 comments:

kel said...

"queremos imprimirle aliento humano a eso inerte que nos rodea, pero nos gana, hasta en eso."

no sé por qué pero me encantó este escrito, me hizo reflexionar.

Maribel Delgado Medina said...

De acuerdo con Luna, me hizo pensar mucho en cosas que me pasan actualmente :) gracias!

Te veo luego por mi blog. saluditos!