Friday, August 6, 2010

Repetición



“Es un satélite que refleja la luz del sol”. Es probablemente la verdad, aunque resulte una estocada para la poesía hablar del sol durante la noche. Veo este punto luminoso en el medio del cielo, y cálculo que su luz durará unos dos días para llegar. Allí, pensando que estaba haciendo yo dos días antes mientras el espacio pensaba en mandarme un parpadeo lastimoso, se me ocurre que puedo vivir una misma luz dos veces. Sí soy lo suficientemente preciso podría divisar la hora en que la estrella piensa hacerse vibrar para la tierra, y dos días después disfrutar otra vez de esa misma luz que ya saboreé en mi imaginación o, para ser más sincero, gracias a una anomalía humana del tiempo.

Pero si duermo cuando he de recibir esa luz? Sería una horrible catástrofe existencial. O quizás la luz, el tiempo y el universo encuentren una manera de arreglarse, dándole ese espectro a otra persona que a causa de mi petición decidió, de una forma un poco absurda, levantarse a mirar el cielo y decirse “Es un satélite que refleja la luz del sol”. Entonces, cuando ese hombre reciba lo que debió ser mío, seremos uno solo: compartiremos una leve anomalía temporal y seremos y no seremos sin ser, magnificados por el poder de nuestras insistencias y existencias; él un producto del universo intentando corregirse, y yo la causa del problema. La causa y la solución convergen en un mismo punto, a causa de un satélite y un loco vencido por el sueño.

Aún miro el cielo nocturno y espero alguna señal de repetición, para correr a escribirla, ganarme un Nobel, la fama o alguna de esas cosas tristes. Algunas veces mi hermano se me acerca y me susurra algo ininteligible sobre piezas de metal y el sol. Yo le explico mi misión como un viaje estacionario lleno de contradicciones y cosas que no comprendo, a lo que el me replica sin ninguna falta: “Pa' qué?”

Pa' qué indeed o, si no te molesta, me limitaré al touché.

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