Descripción detallada de porque no somos lo que somos durante las noches tecnológicas

“El hombre para el hombre? Y con que me quedo yo?”
Charles Markansvansky

No puedo seguirlo viendo. Desafía mi entendimiento, como se contorsiona, como se come a los trapecistas y sus columpios profesionales. Estoy maldito a esta procesión infernal, ya que no será un alivio apartar mi vista, seguirán en mi mente las absurdas imágenes del sin sentido, su peinado extraño, el color abusivo de sus cabellos. Estaba tan bien vestido en ese circo de mentiras, que la audiencia admiraba su persona (que persona?) y proclamaban a golpes de tambor la ascensión de aquel espíritu del trueno. Aun así, en toda esa indescriptible pesadilla visual, sentí paz, el auxilio del alcohol, la perdición de los enanos y los maléficos cantos de los payasos, que esta vez al volante de autos lujosos, saltaban entre los aros de fuego, observados lascivamente por un público de tigres armados con látigos; verdes, sensuales y fornidos.

Llegó el momento del gran final, y yo con mis ojos aun encolados al horripilante espectáculo de colores y flamantes sonrisas de verdadera felicidad, deseaba que todo acabara para cerrarme una vez más a las formas y ruidos, verme otra vez solo y en compañía de los recuerdos. Todos en gran silencio aguardaban el cierre de la función, mirándome como si yo mismo formara parte de ella, de la jovialidad de los invitados extranjeros. Me acerque al amasijo de sensaciones, y justo cuando me estaba a punto de resistir a la tentación de tocar lo desconocido, le di clic derecho a la foto, la guarde en mi carpeta encriptada y me fui a dormir.

Necesito atención durante las noches, los circos y las verdades encontradas no son para mí.