Sunday, November 22, 2009

Preguntas y respuestas importantes para los ausentes mentales y jóvenes inquietos


Cuando sabemos que estamos equivocados?


Podemos darnos cuenta de que el destino nos ha negado la razón cuando las nubes cambian de color. Es un suceso raro, pero es la única señal fácilmente identificable si se es una persona que carece de techo (no de ser usado en el sentido de casa, ya que nosotros los hombres solemos cambiar palabras simples por el significado de otras, lo cual es de mal gusto). También es posible que las paredes se llenen de letras, la mayoría no mas que bocetos y lamentaciones, rayas sin sentido de verdades a medias.

De todas formas, la manera más sencilla de saber cuando estamos equivocados es, ultimadamente, cuando se nos da la razón.


Como sabes cuando dos personas en una fotografía están enamorados?


Por la falta de actuación, por sus miradas severas. Más que nada por la blasfemia teatral que se dibuja en sus cejas, las ojeadas tenues, con poca seducción y totalmente libres de lo sexy; lo que podria ser considerado el unico mal verdadero del nuevo siglo (afortunadamente el ultimo). En la fotografía los protagonistas no se miran, por miedo a que el lente y el conglomerado de cristales que escudan al ojo del pintor los capte en sus cortejos subliminales. Es que las personas que sienten la mentira que miente suelen estar más asustadas de lo normal; o cualquier definición que el lector considere para nombrarnos a nosotros. También tienden a cerrar los ojos, impulso que hasta la fecha, nadie sabe explicar.


Hay una forma correcta de caminar?


Pues claro, hay una forma correcta de manejar todo lo real: para lo que no existe pero deseamos que si están los filósofos, seres a los que guardo gran aprecio, pero trato de evitar como la peste.

La manera adecuada de caminar es siempre evitando pisar las rayas que conforman las divisiones del pavimento, manteniendo esta actitud supersticiosa (pero verdadera) por al menos cuarenta minutos. Luego, en calidad de rebelde sin causa, dedíquese a pisarlas todas y a todo a su paso: destroce lo que no desee moverse bajo sus huellas por lo que le queda al vestigio de una hora.


Como deberiamos de proponerle un acertijo a una esfinge?


Antes que nada, preséntese de manera casual. Es dicho que a las hermosas aves del quinto plano no les gusta hablar más que para escucharse a sí mismas escupir lo que consideran la tradición más hermosa, y cuanto adoran el silencio que suele seguirle. Al presentarse están rompiendo sus mórbidos esquemas, los cuales como seres superiores, atesoran con vanidad. Esto es probable que las moleste, lo cual les dará una ventaja enorme al inmediatamente proponer su propio acertijo. Asegúrese de que sea algo relacionado con la atracción por la anatomía femenina, el amor o los impuestos: algo a lo que usted tampoco sepa darle respuesta.


Como reconocer un marciano entre la muchedumbre?


Olvídese de las antenas, la extraña fonética y el magnetismo de los delgados dedos de la modernidad: reconocer un marciano es solo cuestión de saber gritar con propiedad. Obviamente, han de conocer las palabras mágicas, las que distinguen a cualquier ser humano de un obstinado ente de otra galaxia el cual aun se empeña a perder el tiempo estudiándonos.

Spaghetti con salsa de pasta de diente, serpientes aladas de Calcuta, himno al fascismo calvo y sexista de Gandhi… usted elija. El primero que levante la mano, sonría o se una a su grito musical, es o una persona demasiado agraciada, el Homo Novus, el verdadero ocaso del hombre; o un marciano proveniente de cualquier ráfaga espacial, polvo de estrella o asociación numérica sin gravedad y peso para nosotros los desgraciados.


Como descubrir a un clarividente?


Las personas que ven mas allá que nosotros, en sus propias incertidumbres, se niegan a ayudar a los que no sabemos algo más. Se molestan en ocultar sus dones, pero gracias a la práctica del vivir que hace diferente a algunas personas, se ha podido divisar una forma de descubrir a los tan agraciados individuos.

Como ya he dicho antes, los videntes del futuro cierto no revelan jamás sus técnicas, pero en la forma en que alguien responde a una interrogante sobre el tema es la clave para distinguirlos. Pregúntele los números de la Loto o del sorteo de su preferencia al sospechoso. Si es una persona normal reirá de sus ocurrencias, probablemente recalcándole que esa clase de juegos de azar son estúpidos y que solo los perdidos y desesperanzados se ven envueltos en prácticas tan banales. En cambio, un clarividente, responderá iracundo, negando con toda su furia de superdotado el conocimiento de tales números.

Se dice también que un divinador jamás invierte su tiempo mirando fotografías. Es posible que se deje fotografiar a pesar de mostrarse reticente al acto, pero nunca pedirá echarle una ojeada a su persona congelada en el papel. Es posible que sea por el miedo de verse a sí mismo en un presente que le resulta insignificante; para no sentir en el enmarcado el sufrir de una vida futura, que para el, es demasiado cierta.

Tal vez tales personas no existen, y simplemente las estemos confundiendo por individuos poco fotogénicos y con un gran desprecio hacia las preguntas estúpidas.

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