Sunday, November 7, 2010

Iguanodon I

Tengo un perro que le faltan los labios. Sus dientes sobresalen en una hermosa sonrisa, que aunque con la iluminación adecuada puede causar pesadillas, trae una cierta calidez al corazón. Lo llamo cariñosamente Hyena Ridens. Ahora tengo otro que está a punto de perder una pata. Una herida le relincha en aquella extremidad, infecta e intratable. Desde la carne larvas se asoman felices a esta impasible temperatura, como marmotas lampiñas, temblores rosas del desastre. Quisiera que la perdiera y así aumentar mi pequeño freak show, pero eso me haría sonar insensible y hasta podría llevarme la Suciedad Protectora de Animales a algún hueco y torturarme. Pensandolo bien, podrían hasta arrancarme una pierna para así parecerme a mi perro. Ser iguales no suena tan mal después de todo, pero la simetría duraría poco ya que soy un lagarto y las extremedidades me crecen nuevamente. Mi dueña se llama Mary y soy muy feliz, como moscas y no le tengo miedo a nada.

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