Thursday, September 1, 2011

Cuando la cura es la sadicura


“Tú eres muy sádico”
Le dice una tipa tan borracha como horny a Camilo.
“Es que eres brillo y vacuencia, una decadencia ardiente”

Un titulo en filosofía y letras colgando en su casa
y la jeva monta y monta
una palabra más bella que la anterior
un arroyo de halagos al dios Camilo

A éste último, y atiendan el secreto,
nada de esto le importa en los más minimo.
Sus observaciones son vagas recolecciones
simples reflejos de una seducción pasiva.

“Deberíamos hacer un coro...”
Ah sí, piensa Camilo, y el morbo desaparece.

Ya el titulo no péndula en un apartamento rentado
ahora gira obsceno en la casa de sus padres.
Las palabras que ella había articulado
con maestría arácnida mutaron enseguida
a balbuceos insanos en las lagunas del recuerdo.
La invitación derrumbó el mito babélico
que aquella mujer intentaba dar a luz.

El interés es una maquina pecaminosa.
Al ofrecerse, la jeva falló
se comió su misma mierda.

Pero 'ta bueno que le pase.

¿Por qué intenta ella acercarse
a una insignificante mosca de bar
aquí en el monstruoso pantano
de la vida nocturna?

¿Por qué ansía llenarse con la carne solitaria de un vagabundo?
¿Pa' qué necesita que este tal Camilo la consuele
soplándole las tetas como globos
hasta llevarla al ascenso mortal del sol?

Muchas preguntas.
La tipa le da su Facebook y Gmail.

Ay niña:
¿Qué puede Jesús hacer por tu alma
cuando tu única cura es la sadicura?

1 comments:

Unknown said...

"¿Por qué ansía llenarse con la carne solitaria de un vagabundo?
¿Pa' qué necesita que este tal Camilo la consuele
soplándole las tetas como globos
hasta llevarla al ascenso mortal del sol?"